martes, 18 de marzo de 2008

A veces

A veces me cansa un poco el pesimismo, tal vez porque estos días he estado tan bien, que me agota escuchar de recesión y valor del dolar, o de las angustias del sistema financiero, no sé, no se trata de desconectarme del mundo y estar dentro de una burbuja, pero me interesan más otros temas, o tal vez después de tanto sufrir el año pasado han dejado de importarme algunas cosas. Por ejemplo hoy pensaba en la deliciosa sensación de caminar por las hojas que ya se caen de los árboles, de que el otoño también tiene su encanto, en la "Balada de otoño", y en que el invierno que se avecina es una buena época para mi trabajo. Será por eso que nunca podré ser ingeniero ni economista, que cuando me aproximé a ese rubro, a pesar de que entendía bien y que se me dan los números, mi alma y mi corazón no lo resistieron. La vida es más que números e inflación, hay guerras atroces y en nuestra región casi se declara otra, mueren mujeres todos los días en manos de sus parejas y la violencia nos persigue a todos.

Perdón por la escasa coherencia, es que hay cosas que me desaniman un poco, y escuchar de economía y de tanto pesimismo es una de ellas.

3 comentarios:

Álvaro Dorian Gray dijo...

Pesimismo y canancio. Yo estoy cansado de las elecciones en EEUU, estoy hasta las ....., con perdón.
Un saludo y salud.

Abril Pérez dijo...

A veces es bueno que el pesismismo se haga cargo de todo y te dejes convencer y sea él quien hable y piense por ti, y te reogees en tu angustia cual dama de las camelias, para despues renacer y gritar y sonreir y respirar muy hondo hasta que te duela y soltar todo el aire de golpe y reirte muy fuerte y querer comerte el mundo porque te sientes invencible.

Es una terapia de choque buenisima para la mediocridad.

Muchos besos

Samuel dijo...

Abril, no coincido para nada contigo. No es necesario sufrir para mejorar.

Margarita, espero que se disipe esta tristeza, este pesimismo. Recuerda que, despues de la tormenta, siempre llega la calma. Sal a la calle, mira el sol, siente el viento, mira a los niños jugar.

Ver a los niños jugar siempre borra el pesimismo de cualquier mente, porque en sus juegos vemos reflejado nuestro futuro.

Un saludo Margarita, nos vemos por aquí.