miércoles, 12 de marzo de 2008

Taxi

Sé que las cosas no son como quisiéramos, que a veces no funcionan bien, que el transantiago no ha mejorado la calidad de vida de la toda la gente, que es inconcebible que los dineros de las subvenciones se vayan a las manos de inescrupulosos sostenedores, sin embargo habemos quienes creemos que todo puede cambiar que otro mundo es posible.
Hoy venía en un taxi y el conductor comenzó a halar del transantiago y de que en las poblaciones marginales las cosas no podía mejorar, lo peor de todo es que me preguntaba cómo haría yo para mejorar las cosas, y le contesté que educando era como la gente saldría de la marginalidad y la delincuencia, con una sonrisa burlona en los labios exclamó ¡en qué mundo vive usted!,me habría gustado decirle que en uno mejor que el suyo, en uno donde creo que las cosas van a mejorar donde habemos quienes trabajamos por otro mundo posible,pero me limité a sonreír, darle las gracias y pagarle la carrera.

5 comentarios:

Verónica dijo...

Es muy triste, pero hay mucha gente que piensa así, que sólo en los cuentos las cosas son como quisiéramos, que las cosas no cambiarán...
Yo sé que un mundo mejor es posible, que las cosas cambiarán, que todo esto sólo será un recuerdo del pasado...

Un abrazo!

Rodolfo Serrano dijo...

Sí. Es mejor en ocasiones sonreír, dar las gracias y pagar la carrera

MaríaGabriela dijo...

La desvalorización de la educación´. Así lo llamo yo.

Mucha gente cree que la movilidad social no se la dará la educación, es más ni lo piensan.

Digna reacción.

Saludos

Samuel dijo...

Mucha gente no acepta que otro mundo es posible, porque si eso fuera cierto, tendrían que moverse para conseguirlo. El sillón de casa es muy cómodo y la televisión amena, por lo tanto, se apoltronan en los primeros para cegarse con las imágenes que ven en pantalla.

Hiciste bien en sonreir y pagar. Es muy dificil abrir los ojos a la gente, y tampoco somos quienes para hacerlo...

Margarita dijo...

No hay peor ciego que el que no quiere ver.
La educación es la única que puede cambiar al mundo y sacr de la marginalidad a tantos jóvenes y niños.
No hay que perder la esperanza.
Hay tantos que solo se dedican a criticar y no hacen nada por cambiar ni siquiera algo de sí mismos.