martes, 9 de junio de 2009

Dolores ajenos

Hoy tenía pensado escribir acerca de mi amiga Marcela y cómo el dolor por la muerte de su hermano la ha dejado con las defensas por el suelo y una licencia médica de dos semanas. Pero la abrumadora realidad de mis pacientes es lo único que ocupa mi cabeza en este momento y no necesito vaciarla en este espacio.
Como todos los días recibí una nueva paciente a las 8:20 de la mañana, obviamente mal derivada, con una patología de columna muy severa, sin embargo dado su relato decidí atenderla de todas maneras, ya había sido atendida en el nivel secundario sin buenos resultados. Luego de evaluar su columna, y una vez que se retiró, me dediqué a leer detenidamente su ficha clínica, donde encontré una historia de abusos físicos y sicológicos, hijos siquiátricos, más abusos a sus hijas, incesto y un dolor tremendo que ha traspasado la pantalla hasta mi corazón que siente esta extraña pesadez y mi cabeza se llena de preguntas, ¿qué puedo hacer yo por está mujer?, mi campo de acción es tan pequeño para la dimensión de su problema, el dolor que yo puedo aliviarle no se compara con el de su corazón...

3 comentarios:

Alicia dijo...

Margarita cariño, puedes hacer mucho más de lo que crees por esa mujer.... siempre si se quiere se puede hacer mucho. Su patologia del raquis de dolerá mucho, pero no tanto como su corazón... a veces con sólo el contacto se consiguen cosas increibles. Acuerdate "aquellas manos, aquella mujer..."
Eres muy dulce y ´sabrás que hacer por ella.

Margarita dijo...

Mi niña querida, siento una contradicción en mi corazón. Me conmueve el dolor de tu paciente y a la vez me siento contenta de que sientas el dolor de ella. Sé que eres una niña de buen corazón y a veces sólo escuchar a alguien, brindarle una palabra amable, una sonrisa, una mirada tierna, vale muchoy alivia el dolor de quien sufre. Te amo

Marga dijo...

Este trabajo no deja de sorprenderme, las historias de vida de mis pacientes son tan duras que a veces te dejan sin aliento...