viernes, 28 de octubre de 2011

¿Cómo huele tu Amortentia?: Jugar a la oficina.

¿Cómo huele tu Amortentia?: Jugar a la oficina.

Jugar a la oficina.

Cuando era niña amaba jugar con los timbres, corcheteras, plumas (sí, plumas), tinta y papelería del SNS (Servicio Nacional de Salud)que tenían mis abuelos en casa. Con mi prima, la misma que ahora no me habla, armábamos una oficina y timbrábamos todo lo que se nos cruzara. Mi timbre favorito era el que marcaba la firma de mi abuelo, su irreproducible firma, esa que nuca se borrará de mi memoria con unas enormes R para honrar las tres que tenía su nombre, esa misma que yo hago grandota en mi firma.

Con los años decidí estudiar kinesiología, porque me gustaba el deporte y por ahí, algo de la salud. Como buena kinesióloga, me dediqué a la clínica, muchos pacientes que atender para poder hacerse un sueldo digno a fin de mes, pero siempre sentí que algo me molestaba o algo me faltaba. Una mañana, una buena amiga me llama para ofrecerme un trabajo en una sala de rehabilitación comunal, yo, una pobre humanita cesante, acepté inmediatamente, fueron tres años de maravilloso trabajo, satisfacciones y desazones, pero yo seguía sintiendo que algo me faltaba.

Hace tres meses, alguien me dijo que había un concurso para ser coordinadora de un centro de rehabilitación, pensé que sería una buena oportunidad para desarrollar mi veta gestora (hasta diplomado en gestión te hice) y postulé. Cuando llegué a la primera entrevista, la psicóloga comienza a describir el cargo, yo la escucho y no me la creo, el cargo es haciendo puritita gestión, cosa q essas alturas, yo sabía era lo que quería pa' mi vida. Cuento corto, postulé y quedé.

Hoy que acabo de terminar mi partición en un encuentro nacional de encargados de rehabilitación, recuerdo ese gusto primero por jugar "a la oficina", en mi cabeza resuena la voz de mis abuelos contando sus andanzas en el SNS y siento que estoy donde debo estar.

Marga.

sábado, 19 de febrero de 2011

Compartiendo a mi abuelo

Cachureando en una caja con recuerdos encontré algunos ejemplares del "Boletín informativo del círculo social de jubilados de la prensa" donde mi amado Tata Roberto escribía con regularidad, confieso que leerle me ha provocado una tremenda nostalgia de sus historias, de su voz, de sus caricias, de las largas conversaciones a la sombra de algún árbol. Luego de derramar lágrimas en su recuerdo recordé que siempre me decía "no llores negra que se te acabarán las lágrimas" y he decidido recordarlo (y honrarlo) de otra forma, publicaré en este espacio algunos de sus textos así compartiré con ustedes algunas de sus historias y la manera de pensar que tenía el viejo de mis amores.

viernes, 11 de febrero de 2011

Bienvenida Clau


Han tenido amigas (o amigos) de esas con quienes no importa si estás bien o mal, gorda o flaca, con plata o quebrada, de esas amigas con la que lo único que realmente importa es el mutuo amor. Hoy llega a Chile una de esas amigas, y la emoción me sobrepasa, tal vez porque sé que reíremos y lloraremos como hace años venimos haciendo (sólo interrumpido por este tiempo fuera). Bienvenida Clau!

miércoles, 2 de febrero de 2011

El umbral de la pena

De pequeña mi abuelo me decía que si lloraba mucho entonces no tendría lágrimas para hacerlo de adulta. Con todo lo que me ha ocurrido últimamente(y no tan últimamente) he descubierto que mi umbral del dolor y de la pena ha aumentado, ya casi no lloro, ya casi no sufro. Confieso que en cierta medida me asusta, será que es un mecanismo de defensa que alguna vez me pasará la cuenta, o que, como se dice, tengo "cuero 'e chancho". No sé.
A veces me sorprende lo contenta que ando por la vida a pesar de todo. Será simplemente que algo cambió para siempre cuando llegó mi Ali, que si ella está en este mundo todo lo demás pierde relevancia y pase lo que pase soy feliz.

viernes, 7 de enero de 2011

La pena tizna cuando estalla

Se me viene constantemente a la mente esta frase de Miguel Hernández, y no, no me quiero tiznar. He dejado esta pena bajo la alfombra y siento que ahora quiere salir, pero no encuentro mecanismos para sacarla, tal vez por eso escribo para ver si sale, pero no, no resulta.

viernes, 15 de octubre de 2010

Dos años

Hoy cumple dos años mi princesa. Dos años que comenzaron llenos de tempestades y dolores, donde sólo ella, su risa, su dulzura, me daban la fuerza para mantenerme en pie. Pero las tempestades pasaron, hoy la vida nos sonrie y mi niña sigue siendo mi fortaleza y mi mayor alegría.
¡Felices dos años de vida mi solcito! "Tu risa me hace libre, me pone alas".